Mercurio, el planeta más cercano al Sol, podría contener hielo en sus polos. Así se desprende de las pruebas recabadas por la sonda Messenger de la NASA, según publica este jueves la revista Science. Situado a tan solo 58 millones de kilómetros del Sol -por los más de 149 millones de la Tierra-, la superficie de Mercurio alcanza temperaturas superiores a los 400 grados centígrados. Esto no impide que pudiera contener agua congelada en algunos de los cráteres más profundos situados en su polo norte, zona del planeta que siempre permanece en sombra y, por tanto, se expone a temperaturas menores. Mercurio es, además, el planeta del sistema solar con mayor orquilla entre altas y bajas temperaturas. Dependiendo de su posición con respecto al Sol, estas pueden varias entre los 450 grados hasta los 170 grados bajo cero.
La Messenger, situada en la órbita de Mercurio desde marzo de 2011, ha recabado datos de Mercurio que han permitido desvelar algunos de sus misterios -ha enviado ya a la Tierra más de 100.000 fotografías-. Ahora, la sonda estadounidense ha enviado imágenes en las que muestra zonas brillantes en las zonas polares, un indicio que permite pensar a los científicos que se trate del reflejo producido por depósitos de hielo. «Nunca antes dispusimos de imágenes capaces de ver las cartacerísticas de las zonas donde se encuentran estos depósitos brillantes», declaró Nancy Chabot, científica de esta misión en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins.
Con el fin de no exponerse a temperaturas que pudieran dañar su funcionamiento, la Messenger completa una órbita alrededor del planeta extremadamente elíptica, al variar entre los 200 kilómetros en el punto más cercano a su superficie hasta los 15.000.
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